Los rumanos no tendrán la posibilidad de comprar a partir de hoy en la "piata" (mercado popular) productos producidos directamente por los campesinos rumanos (frutas, verduras, leche, queso, huevos, etc..) por la entrada en vigor de una nueva ley que impedirá que los productores que no estén constituidos como empresa en el Registro de Comercio puedan vender sus productos en los mercados.El representante de la Federacion de Sindicatos de la Industria Alimentaria, piensa que el gobierno va a favorecer a los intermediarios frente al productor. Actualmente sólo el 10% de los que venden frutas y legumbres en los mercados de barrio son productores, y con su eliminación el mercado se quederá en manos de los distribuidores.
Por otro lado, el gobierno ha anunciado que según esta nueva norma, los agricultores que no tengan firma registrada no podrán recibir ningún tipo de ayuda del gobierno, por lo que es evidente que se trata de un ataque mortal a la la agricultura de subsistencia. En Rumania miles de personas sobreviven de su propia pequeña huerta y de lo poco que venden de ella.
Además, los pequeños agricultores dicen no poder sostener los impuestos mínimos que impone el gobierno a todas las firmas (en Rumania existe el impuesto forfetar, que marca una cantidad mínima a pagar por cada empresa tenga o no tenga beneficios o actividad). La conclusion es que, si quieren que se transformen en empresa, tendrán que aumentar los precios, lo que supondrá otro golpe importante para el coste de la cesta básica alimentaria a la que hoy día hay miles de rumanos que apenas pueden acceder.
En definitiva, las intenciones del gobierno son las siguientes: conseguir más impuestos, y hacer desaparecer del marcado a los campesinos que solo disponen de su propia huerta, para facilitar el control de las empresas distribuidoras. Sus consecuencias: el aumento de los precios, y la desaparición de los productos tradicionales y naturales de los puestos en los mercados de barrio.
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