La empresa de transporte público bucarestina, RATB, se encontró anoche con una huelga espontánea de los conductores de autobuses y tranvias que ha dejado prácticamente paralizada la ciudad. Aunque el metro funciona, la red subterranea de la capital rumana no llega a la mayoria de los barrios periféricos.Los trabajadores de RATB protestan por la reducción de sus salarios de por si bajos (entre 800 y 1900 lei) con la escusa de la crisis, y porque no se ha firmado todavía el convenio colectivo de este año, por la falta de voluntad del ayuntamiento. La huelga sin previo aviso ha provocado que hoy, que es dia de trabajo normal en Rumanía, donde sólo es fiesta el lunes de pascua, los autobuses, trolebuses y tranvías se queden en sus depósitos.
Los trabajadores se quejan de que ni el Ayuntamiento ni los líderes sindicales están interesados en sus reivindicaciones, y por ello han pasado a la acción por su cuenta. Así que se trata también de una protesta lógica contra los inoperantes e inactivos sindicatos oficiales . El alcalde de la ciudad, Sorin Oprescu, ha anunciado que no piensa ir a negociar a los depositos de la RATB, como exigen los trabajadores, y que espera que estos envien a unos delegados para discutir en la sede de la empresa pública los problemas.
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