CASO KERVIEL: ¿PROCESO DE UN HOMBRE O DE UN SISTEMA?

Ayer martes se abrió en Francia el esperado proceso de Jerome Kerviel, ex trader del banco francés Societé General. Acusado de “falsificación de documentos, abuso de confianza, y uso fraudulento del sistema informático” Kerviel es hoy el chivo expiatorio de un sistema que ha conducido a un cuestionamiento internacional del modo de funcionamiento del capitalismo financiero.

Jerome Kerviel, operador en bolsa de la Societé General perdió la suma de 4.900 millones de euros. Los hechos datan de 2007, poco antes de que el mundo de las finanzas se tambaleara con el escándalo de las subprime, o bienes raíces en los Estados Unidos. Desde entonces los abusos de la especulación financiera han sido condenados por los todos los dirigentes políticos del planeta, desde Barak Obama a Nicolas Sarkozy.

Aunque el caso Kerviel no tiene ni punto de comparación con el del estadounidense Bernard Madoff, que fue condenado en junio de 2009 a 150 años de prisión por el mayor fraude de la historia financiera, no cabe duda de que su proceso tiene carácter de símbolo, y es muy seguido por las Bolsas del mundo entero.

En este contexto de desconfianza general de los mercados financieros que han especulado también recientemente contra la moneda única europea, se celebra este proceso emblemático. La justicia deberá juzgar si Jerome Kerviel es el único responsable de esas gigantescas pérdidas financieras, como lo afirman los dirigentes de la Societé General, o si por el contrario como lo dice el acusado “es tan solo una pieza de un engranaje” en donde todos sus superiores jerárquicos estaban al corriente de los riesgos incurridos.

La justicia francesa deberá juzgar de la responsabilidad penal del joven ex trader, que puede ser condenado a cinco años de cárcel y 375 mil euros de multa. Las acusaciones contra Kerviel se basan en sus propias declaraciones, pues reconoció haber sobrepasado el límite de inversión de 125 millones de euros diarios, arriesgando la suma de 49.500 millones de euros.

Jerome Kerviel, de 33 años de edad, acaba de escribir un libro que ha presentado ante los medios informativos y en el que desarrolla los elementos de su defensa. Kerviel no recusa su propia responsabilidad en los hechos que se le imputan, pero acusa a sus superiores de connivencia y estima ser un cabeza de turco en ese sistema financiero enloquecido. El proceso Kerviel se prolongará hasta fines de junio.

Radio France Internacional