La canciller alemana, Angela Merkel, intenta hoy por todos los medios evadir responsabilidades por las debilidades de su gobierno de coalición derechista con el partido Demócrata Liberal (FDP).Los miembros de la CDU y los aliados de la Unión Cristiano-Social de Alemania (CSU) están peleados con el pequeño socio de la coalición, el FDP, del ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle. El motivo del disentimiento es sobre todo la política social y fiscal. Mientras los liberales insisten en una reducción de impuestos de 19 mil millones de euros, los conservadores no quieren dar ninguna confirmación clara.
Merkel además es centro de las críticas después de su viaje de una semana a América Latina. Westerwelle no solamente se hizo acompañar en ese viaje de su socio sentimental y empresario Michael Mronz, sino también de otros empresarios amigos e incluso emparentados con él. La oposición y medios alemanes están hablando abiertamente de "abuso de autoridad" y de "corrupción".
Entretanto, el ministro de defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg, está bajo presión debido al ataque en septiembre de 2009 a dos camionetas cisterna en el norte de Afganistán, en la provincia de Kunduz. La oposición opina que éste habría mentido a la opinión pública sobre el crimen de guerra contra civiles afganos. Según investigaciones de la revista política Der Spiegel, Guttenberg ordenó a un comando secreto llamado "Grupo 85" espiar a críticos en el ejército y en el Ministerio de Defensa y mejorar la imagen de esa cartera, tras el crimen, perpetrado por el contingente alemán. Todos los partidos opositores exigen la renuncia del titular de defensa.
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